MICRORELATO

EL TREN DE LAS 9 Y 12 DE LA MAÑANA

Son las 9 y 12 minutos de la mañana y como cada día Alicia coge su tren en los Boliches y anda 15 minutos, pudiendo andar tan sólo 5 y coger el tren en otra parada. Pero a ella no le importa caminar un poco más. Prefiere ver a ese apuesto chico del tren.

El apuesto chico, al igual que Alicia, coge el tren todos los días en ese lugar y a la misma hora. Ambos suben siempre al mismo vagón pero nunca cruzan una palabra, una mirada o una simple sonrisa. Aunque la verdad, Alicia se muere de ganas de decirle algo o de simplemente captar su atención. Pero nunca se atreve.

Cada día intenta sentarse un poco más cerca de él, pero parece que él no se da cuenta o posiblemente no quiera darse cuenta de lo que ocurre. A pesar de ello, Alicia no deja de soñar con su amor.

Pasan los días, las semanas, los meses…pero todo sigue igual, nada cambia y su amor por él sigue creciendo.

Sin embargo, una fría mañana de invierno, algo distinto ocurre. El chico viene acompañado. Se trata de un muchacho alto, moreno y fuerte. Alicia piensa: “que amigo tan guapo le acompaña hoy”. Sigue mirándolos y entonces algo extraño sucede. Los dos chicos no dejan de mirarse Yy sonreirse dulcemente, ni de juguetear con sus manos…

Alicia no sabe qué hacer, qué pensar, ni a donde mirar, pero siente que su corazón ya no late con la misma intensidad y que su sueño se ha vuelto gris.

A partir de ese día, todos los sueños y deseos que una simple sonrisa hubieran desatado, se convirtieron en tristeza por una dulce sonrisa. Por esa dulce sonrisa que no fue para ella.